Millones de hindúes inundan los templos para rendir culto a diosas femeninas
Millones de hindúes guardan ayuno y acuden a los templos a hacer ofrendas para celebrar a partir de hoy y durante nueve días en todo el país el 'Navaratri', un importante festival del culto y danza dedicado a la representación femenina de la divinidad suprema.El sonido de una pequeña campana recibía esta mañana a los fieles que, como Shakuntala Groswami, acudían al templo Lakshmi Narayan, uno de los centros de culto más importantes de la capital india y situado cerca de la céntrica plaza de Connaught Place, a rezar a Durga, la versión guerrera de la madre diosa.Para Shakuntala, 'Navaratri es una festividad muy importante, por eso guardo ayuno y tomo sólo fruta y leche durante estos nueve días', explicaba a Efe después de ofrecer sus oraciones a la diosa Durga.Mientras los sacerdotes llevaban a cabo los rituales de culto ante las estatuas de Lakshmi (una de cuyas formas es Durga) y su esposo Vishnu, a quienes está consagrado el templo, los fieles hacían ofrendas de flores, dulces y frutas y recibían la bendición por medio del 'aarthi', una pequeña llama que simboliza al dios.Durante 'Navaratri', nombre que proviene del sánscrito y que literalmente significa 'nueve noches', se repiten a diario estos rituales.Según la Oficina de Turismo de la India, se trata del mayor festival hindú de todo el país y representa, como sucede en muchas otras celebraciones de esta religión, el triunfo del bien sobre el mal.Es un festival de recogimiento e, incluso, sacrificio, pues algunos hindúes no sólo guardan ayuno, sino que también duermen sobre el suelo para demostrar su fe.'Los hindúes creen que ésta es la mejor época del año para hacer peticiones a los dioses' afirma Ram Lal, un hindú residente en Nueva Delhi, que añade que 'la gente piensa que no saldrá del templo con las manos vacías, que algo obtendrán tras las ofrendas'.Además, como explica Ram, 'los sacerdotes ofrecen agua a los dioses y después rocían a los fieles para protegerles contra muertes accidentales'.Durante festival, que se celebra todos los años en primavera y en otoño, siguiendo el calendario lunar hindú, se invoca la energía divina de la madre universal, Shakti, deidad femenina que adopta variadas formas, entre ellas las de Durga, Bhavani, Amba, Chandika, Gauri o Parvati.Aunque el 'Navaratri' se celebra en todo el país, los rituales son especialmente alegres en los estados de Karnataka (suroeste), Tamil Nadu (sureste), Bengala (este) y Gujarat (oeste).En este último estado cada noche hombres y mujeres se reúnen en los patios de las casas para bailar danzas tradicionales vestidos con vistosos trajes de colores y 'dandiyas' o palos de madera pintados.Como parte del ritual, durante los nueve días se suele hacer una sola comida al día o se ingieren únicamente zumos, leche y frutas, y en cualquier caso los alimentos se cocinan sin cebolla ni ajo y con ingredientes exclusivamente vegetarianos.El 'Navaratri' se divide en tres periodos de tres días, cada uno de ellos dedicado a un aspecto de la divinidad femenina.Los tres primeros días se invoca a Durga para destruir las impurezas y defectos, los tres siguientes se invoca la salud espiritual y durante los tres últimos se adora a la diosa de la sabiduría.El décimo día se celebra como 'Dusshera' o 'Vijayadashami', y representa la victoria del bien sobre el mal, pues según la tradición hindú la diosa Durga venció en este día al demonio con cabeza de búfalo llamado Mahishasura.El último día de 'Navarastri' en los templos se ofrece comida gratis a los fieles, que rompen así un ayuno que retomarán de nuevo dentro de siete meses, cuando el festival de otoño de Durga congregue de nuevo a millones de indios.
Millones de hindúes guardan ayuno y acuden a los templos a hacer ofrendas para celebrar a partir de hoy y durante nueve días en todo el país el 'Navaratri', un importante festival del culto y danza dedicado a la representación femenina de la divinidad suprema.El sonido de una pequeña campana recibía esta mañana a los fieles que, como Shakuntala Groswami, acudían al templo Lakshmi Narayan, uno de los centros de culto más importantes de la capital india y situado cerca de la céntrica plaza de Connaught Place, a rezar a Durga, la versión guerrera de la madre diosa.Para Shakuntala, 'Navaratri es una festividad muy importante, por eso guardo ayuno y tomo sólo fruta y leche durante estos nueve días', explicaba a Efe después de ofrecer sus oraciones a la diosa Durga.Mientras los sacerdotes llevaban a cabo los rituales de culto ante las estatuas de Lakshmi (una de cuyas formas es Durga) y su esposo Vishnu, a quienes está consagrado el templo, los fieles hacían ofrendas de flores, dulces y frutas y recibían la bendición por medio del 'aarthi', una pequeña llama que simboliza al dios.Durante 'Navaratri', nombre que proviene del sánscrito y que literalmente significa 'nueve noches', se repiten a diario estos rituales.Según la Oficina de Turismo de la India, se trata del mayor festival hindú de todo el país y representa, como sucede en muchas otras celebraciones de esta religión, el triunfo del bien sobre el mal.Es un festival de recogimiento e, incluso, sacrificio, pues algunos hindúes no sólo guardan ayuno, sino que también duermen sobre el suelo para demostrar su fe.'Los hindúes creen que ésta es la mejor época del año para hacer peticiones a los dioses' afirma Ram Lal, un hindú residente en Nueva Delhi, que añade que 'la gente piensa que no saldrá del templo con las manos vacías, que algo obtendrán tras las ofrendas'.Además, como explica Ram, 'los sacerdotes ofrecen agua a los dioses y después rocían a los fieles para protegerles contra muertes accidentales'.Durante festival, que se celebra todos los años en primavera y en otoño, siguiendo el calendario lunar hindú, se invoca la energía divina de la madre universal, Shakti, deidad femenina que adopta variadas formas, entre ellas las de Durga, Bhavani, Amba, Chandika, Gauri o Parvati.Aunque el 'Navaratri' se celebra en todo el país, los rituales son especialmente alegres en los estados de Karnataka (suroeste), Tamil Nadu (sureste), Bengala (este) y Gujarat (oeste).En este último estado cada noche hombres y mujeres se reúnen en los patios de las casas para bailar danzas tradicionales vestidos con vistosos trajes de colores y 'dandiyas' o palos de madera pintados.Como parte del ritual, durante los nueve días se suele hacer una sola comida al día o se ingieren únicamente zumos, leche y frutas, y en cualquier caso los alimentos se cocinan sin cebolla ni ajo y con ingredientes exclusivamente vegetarianos.El 'Navaratri' se divide en tres periodos de tres días, cada uno de ellos dedicado a un aspecto de la divinidad femenina.Los tres primeros días se invoca a Durga para destruir las impurezas y defectos, los tres siguientes se invoca la salud espiritual y durante los tres últimos se adora a la diosa de la sabiduría.El décimo día se celebra como 'Dusshera' o 'Vijayadashami', y representa la victoria del bien sobre el mal, pues según la tradición hindú la diosa Durga venció en este día al demonio con cabeza de búfalo llamado Mahishasura.El último día de 'Navarastri' en los templos se ofrece comida gratis a los fieles, que rompen así un ayuno que retomarán de nuevo dentro de siete meses, cuando el festival de otoño de Durga congregue de nuevo a millones de indios.
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Babilonia: sede de la adoración falsa
La antigua Babilonia era famosa por su adoración de dioses y diosas paganos. En su libro Babylonian and Assyrian Religion, el profesor S. H. Hooke dice: “Babilonia era la ciudad donde Marduk ocupaba el lugar principal entre los dioses adorados allí. En el tiempo de Nabucodonosor II, en Babilonia había no menos de 58 templos que pertenecían a dioses designados, sin mencionar muchos otros templos que no habían sido asignados específicamente. Esto manifiesta la prominencia de la casta sacerdotal en la vida de una gran ciudad”. Se dice que el templo de Marduk en Babilonia tenía 55 capillas secundarias. ¡Cómo nos recuerda esto los muchos templos, iglesias y catedrales de hoy que tienen capillas secundarias para dioses menores, santos y vírgenes!
Babilonia era un centro de idolatría en el culto de los dioses. Un relato señala que los sacerdotes y los feligreses “colmaban a las imágenes sagradas de mil atenciones, considerando a las estatuas como intermediarios de los dioses. Se cubrían las estatuas con ricas vestiduras, se las adornaba con collares, brazaletes y anillos; descansaban en lechos suntuosos y se las sacaba en procesión por tierra y agua en andas, carros y navíos particulares”. ¡Cuán similar a la adoración que se da a dioses, santos y vírgenes en el hinduismo, el budismo y el catolicismo de la actualidad, en los cuales también se pasea a las imágenes por calles y ríos y el mar!
Vemos otro ejemplo del paralelo entre la Babilonia antigua y la religión moderna en la siguiente descripción tomada de la misma enciclopedia: “Sus fieles la llaman con los nombres más dulces: no es sólo diosa y señora, sino también madre misericordiosa, la que escucha las plegarias, la que intercede, la que ha dado vida al universo y a la humanidad”. Compárese eso con la siguiente oración de El Santo Rosario: “Gracias os damos, Soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo”.
¿A quién se describe aquí, y a quién se dirige la oración? Inmediatamente muchos dirían: “A la Virgen María”. Esa respuesta no sería del todo correcta. La oración se ofrece a María. Sin embargo, como nos informa la obra Las Grandes Religiones Ilustradas, la primera cita es una descripción de Ishtar (Istar), la “Señora del amor”, la diosa babilónica de la fecundidad, el amor y la guerra. A veces se la presenta en imágenes “como una madre que amamanta a su niño”. ¡Otro ejemplo que muestra que la religión moderna no es tan diferente de la religión de la Babilonia antigua!
También podemos ver un parecido entre la Babilonia antigua con sus conceptos del alma humana y sus tríadas de dioses y, hoy, los conceptos similares del alma inmortal y las tríadas de la religión moderna. La evidencia confirma nuestro entendimiento de que “Babilonia la Grande” es un símbolo apropiado del imperio mundial de la religión falsa bajo el control de Satanás.
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