El cuerpo humano es un sistema de energías. Tanto la sabiduría antigua como la ciencia moderna coinciden en afirmar que toda vida está hecha de vibración, siendo ésta el resultado de los movimientos de los protones y los electrones de todos los átomos que constituyen todas las moléculas de todas las sustancias que existen. La vibración existe en los objetos, en los animales, en las personas y en la atmósfera que nos rodea. Las frecuencias vibratorias de la vida animada son más activas, más vibrantes y más variadas que las de la materia inanimada, pero la vibración está en todo. El cuerpo humano está formado por numerosos campos de energía, los cuales rodean el cuerpo físico, emanan de él y pueden interaccionar con él y con sus múltiples funciones. El conjunto de estos campos de energía es llamado campo áurico o Aura . A su vez estos campos de energía también son llamados Cuerpos Sutiles. Los cuerpos sutiles son bandas de energía de diferente intensidad que rodean lo físico y lo interpenetran. Su función principal estriba en contribuir a la coordinación y la regulación de las actividades del alma durante la vida física. La filosofía oriental distingue seis cuerpos sutiles alrededor del organismo físico, pero para lo que aquí nos concierne, consideraremos el sistema energético humano con los cuatro primeros aspectos o cuerpos: El físico, el etérico, el astral y el mental. La salud óptima requiere que todos ellos se hallen correctamente ajustados y armonizados. En caso de inadecuación de los cuerpos sutiles con respecto al organismo físico, aparecen los problemas psicológicos y físicos. Tales desajustes pueden ser debidos a traumas, tensiones, emociones fuertes, actitudes mentales incorrectas, etc.. Por consiguiente, nuestros esfuerzos deben dirigirse a procurar la salud física, la salud emocional y la salud mental. Cualquiera que sea el plano en donde se sitúe el desequilibrio, en último término la manifestación tendrá lugar en lo físico, ya que este es el recipiente de todas las influencias sutiles. Nuestras emociones y nuestras energías mentales se traducen y se expresan necesariamente a través del cuerpo físico, en el que vivimos y mediante el cual experimentamos la vida. Todos los órganos, tejidos y sistemas de nuestro cuerpo están formados por átomos que vibran. Cuando invade el organismo, digamos, un alérgeno o un alimento contaminado, pueden alterarse las pautas vibracionales normales del cuerpo o de un determinado sistema de éste. Análogamente, una actitud emocional o mental desequilibrada puede originar un desajuste de los cuerpos sutiles con respecto al físico, lo cual también perturbará las pautas vibracionales normales de éste. En tales circunstancias, hace falta algo que contribuya a la recuperación de las pautas vibracionales originarias. Por este motivo recurrimos al Reiki, al objeto de devolver su equilibrio a la región afectada. El Cuerpo Eterico En oriente el cuerpo etérico es conocido con el nombre de Linga Sharira, sin embargo es conveniente utilizar nombres occidentales para poder definir mejor si cabe, los diferentes cuerpos sutiles del hombre. Los nombres más utilizados para este cuerpo son: cuerpo etérico, cuerpo sutil, doble etéreo, cuerpo vital, etc. El nombre de doble etéreo expresa exactamente la naturaleza y constitución de la parte más sutil del cuerpo físico (el cuerpo etérico esta íntimamente relacionado con el cuerpo físico denso, siendo el cuerpo etérico su parte más sutil, pero dentro del plano físico). Es etéreo porque se compone de materia etérea, y doble por ser el duplicado exacto del cuerpo grosero, su sombra energética, por decirlo así. Por medio del cuerpo etérico circula la vitalidad a lo largo de nervios del cuerpo, estos nervios físicos densos tienen su contraparte etérica llamada conductos nadis, y por ellos circula lo que los orientales llaman Prana, que vendría a ser como una energía positiva activa, y vitalizando por su acción toda su contraparte más densa, o sea el sistema nervioso del cuerpo humano. Por esta razón generalmente en nuestra literatura se le menciona como el " vehículo de Prana " al cuerpo etérico. Por medio de este vehículo el cuerpo físico asimila el alimento y crece, nos capacita para propagar la especie, produce el calor interno del cuerpo, obra sobre los nervios y músculos y nos abre las puertas de comunicación con el mundo externo por medio de los sentidos. Este doble etéreo es perfectamente visible a la vista ejercitada, siendo su color de un violáceo gris, grosero o delicado en su textura, según el cuerpo denso sea grosero o fino, energéticamente hablando. La capacidad de poder sentir emociones la tenemos gracias a poseer un cuerpo astral. La psicología occidental clasifica a este aspecto como: instintos, sensaciones, sentimientos y emociones, y son considerados como una subdivisión del pensamiento. Los sentimientos, pueden ser definidos como nuestra naturaleza pasional y emocional. Todas las necesidades animales están contenidas en el deseo, así como las pasiones, tales como el amor (en su sentido inferior), el odio, la envidia, los celos, etc. También está el deseo por la existencia sensual, por los goces materiales, la sensualidad por la carne, la sensualidad de los ojos, el orgullo de la vida, etc.. Este principio (Kama) es el más material de nuestra naturaleza; es el que nos une poderosamente a la vida terrestre. Si tuviéramos el don de la videncia podríamos ver este cuerpo como se extiende a nuestro alrededor variando de color según nuestras emociones, colores más suaves y otros más feos dependiendo de qué tipo de emociones se está expresando en ese momento. Los pensamientos, la capacidad de imaginar, la memoria, la posibilidad de visualizar en nuestras mentes figuras como si realmente tuviéramos un ojo y una pantalla interna capaz de ver en la oscuridad dentro de nuestro cerebro. El razonamiento, incluso el poder de hablar y coordinar las palabras, todo ello y muchas cosas más que todavía no hemos alcanzado a comprender, ni desarrollado, son el resultado y la posibilidad que nos confiere el tener un cuerpo mental a nuestra disposición. *Fuente: Armonia y Vida |
18.1.10
Cuerpos Sutiles
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