Christian Hummel lidera a nivel mundial un movimiento de personas que utilizan el sonido para dispersar la contaminación ambiental y otras tensiones terrestres. Recorre los países con sus sonidos a cuestas. Viaja enseñando cómo desplazar la mala “vibra” y restaurar una belleza original que asegura tenemos de nuevo a nuestro alcance. Ha mostrado a miles de personas como comunicarse y trabajar en armonía con la naturaleza por medio de técnicas tan sencillas como, en su opinión, efectivas.
La geobióloga americana siente que es el tiempo de conectarnos con nuestro corazón y activar una actitud de amor incondicional para limpiar nuestra amada madre Tierra, recuperando su arquetipo de perfección. Promueve la colaboración con los devas, o espíritus de la naturaleza, en una actitud cocreadora y en unión con el Gran Espíritu.
Christian Hummel ha desembarcado en Bilbao con toda su artillería descontaminadora. No bien nos sentamos para realizar la entrevista, despliega su mapa de la capital vizcaína. Muestra con orgullo el fruto de sus trabajos. Tiene marcados los puntos y líneas donde han actuado. Nos muestra los lugares de mayor importancia energéticos que han “bombardeado” con todo su potencial de sonidos.
Esta estratega de la luz y el sonido nos facilita el “parte” de la campaña: los delfines han vuelto a Getxo, tras varios meses trabajando de forma intensiva ella y su equipo vasco. En Mallorca, Ciudad del Cabo, Seattle, Los Ángeles, Cape Cod… asegura que les ha sucedido otro tanto: habían aparecido ballenas y delfines en bahías y puertos donde no habían sido vistos con anterioridad. Parece que se sentían atraídos por los sonios armonizadores y las “energías limpiadoras” transmitidas. “Ya no creo que haya algo que sea imposible. La Madre puede hacerlo todo y le bastan segundos.
Un simple sonido puede convertir elementos contaminantes atmosféricos en elementos no contaminantes. De la misma forma, puede limpiarse el estrés geopático, puede disminuir la actividad sísmica, incendios, olas de calor, criminalidad y quién sabe qué más…” Nada parece detener a esta mujer que se siente asistida por la Madre naturaleza, sus espíritus o devas y por el poder infinito de los sonidos armonizadores.
Los programas de limpieza medioambiental de Christian están basados en el antiguo conocimiento de geometría sagrada y los desarrolla en un ambiente grupal y ceremonial. Asegura que están obteniendo resultados sorprendentes: “A través de una unidad metálica de trasmisión aplicamos una frecuencia de sonido que es difundida a todos los alrededores. Esto causa que las moléculas en el área se muevan al ritmo de un sonido nuevo y se realineen en forma de elementos no contaminantes”.
La unidad trasmisora la denomina “armonizador” y consiste en un simple objeto geométrico de cobre enroscado que actúa como una antena. El objetivo primordial del sencillo armonizador es provocar el reordenamiento de las moléculas.En sus constantes investigaciones a lo largo de los diferentes continentes ha descubierto que, desde muy antiguos tiempos, se han utilizado sonidos como agente de trasformación ambiental.
Nos menciona concretamente a los sacerdotes bramines que ya en edades remotas realizaban el ritual denominado “Agni-hotra”. Esta ceremonia, en la que se prende un fuego sagrado, es amenizada por un original instrumento, un pote de cobre en forma de pirámide de dimensiones geométricas específicas, que tiene mucha relación con el “armonizador” que ellos utilizan.
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