23.9.08

La Llama Trina

La Llama Trina nos brinda tres dones básicos de Dios que son: Poder (Azul), Sabiduría (Amarillo) y Amor (Rosa).
Podríamos decir que la Llama Trina es el potencial de nuestra divinidad.
Es el foco personal del fuego sagrado.
La Llama Trina es la que permite la precipitación en la materia de la consciencia Cristica proveniente del espíritu.
Esta Llama Trina se aloja en un campo de fuerza llamado la "Cámara secreta del corazón" el cual se localiza dentro de nuestro corazón físico.
Esta cámara es el punto de conexión del cordón plateado de luz que desciende desde la presencia "Yo Soy" para sostener nuestra vida, dándonos propósito e integración cósmica.
Este centro de energía posee tres llamas que son las transmisoras de los dones divinos.
La llama azul se encuentra hacia la izquierda, la llama Rosa se encuentra a la derecha y la llama Amarilla se localiza en el centro.

En el nombre de la amada poderosa y victoriosa presencia de Dios Yo Soy en mí y mi propio amado Santo Ser Crístico, llamo a los amados Maestros Ascendidos y a la llama trina de amor, sabiduría y poder en el corazón del gran sol central, todo el espíritu de la Gran Hermandad Blanca y la Madre del Mundo, vida elemental: fuego, aire, agua y tierra.

El lugar donde se instala la Llama Trina que hemos denominado la Cámara Secreta del Corazón está unida al corazón de Dios por medio del poderoso color plateado que nos une a Él, el cual es un cordón lleno de luz que desciende de nuestra Divina Presencia y pasa a través de nuestro Yo Crístico, la figura intermedia que nutre la presencia y el hombre.

Tres colores distintos, el azul, el amarillo dorado y el rosado:
llama color azul y que está ubicado en el lado izquierdo ancla en el hombre la fuerza de voluntad y la fe de Dios-Padre, la fuerza a la determinación divina para desarrollar nuestro plan divino en nuestras encarnaciones a través de nuestros cuerpos inferiores.
La llama amarilla dorada, ancla en nosotros la inteligencia discriminadora, la sabiduría, la iluminación y la mente de Dios en Cristo.
La llama rosada ancla en nosotros el amor, la compasión, la misericordia, ternura y gracia de Dios y Espíritu Santo, así como poner en práctica el plan divino acción.

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